Un grupo de casas encaladas conforma el pequeño pero encantador Begijnhof St-Elisabeth de Kortrijk, fundado en 1238 forma parte del conjunto de beguinajes flamencos. Estos beguinajes medievales alojaban comunidades de mujeres devotas, tanto religiosas como laicas, que no estaban comprometidas por votos de tipo monástico, y vivían de forma autónoma, ya que no dependían de ninguna jerarquía religiosa o laica. La estatua de la fundadora, la condesa de Flandes, Juana de Constantinopla, adorna la pequeña plaza. En la actualidad conserva 41 casitas del siglo XVII, de arquitectura barroca con frontones escalonados.
