Calatañazor

La tradición sostiene que «en Calatañazor perdió Almanzor el tambor», que es tanto como decir que perdió su talismán de imbatible y que resultó derrotado.

Esta pequeña villa, que parece haber sido olvidada por la evolución histórica, se alza en la cima de una roca que domina la vega del río Abión. Sus empinadas calles de trazado medieval y sus humildes casas  fabricadas con entramado de madera de sabina, encestado de ramas con barro, adobe o en el mejor caso de ladrillo, configuran el aspecto medieval formando un conjunto armónico de gran belleza.

Del antiguo castillo se conserva un lienzo y la cimentación de las paredes del patio de armas. Desde él se puede contemplar la extensa llanura hoy llamada «Valle de la Sangre». Además de su casco urbano destaca su iglesia románica Ntra. Señora del Castillo.