Toulouse

Toulouse hace honor a su nombre de ciudad rosa. El color rosado del ladrillo de sus edificios, palacios renacentistas y mansiones proporciona al conjunto un innegable encanto.

Estas mansiones prestigiosas, edificadas en el siglo XVI por los ricos mercaderes de pastel, dan testimonio del período fastuoso que conoció la ciudad en la época del comercio del pastel. Esta planta tintorial se cultivaba entonces en las llanuras de los alrededores de Lauragais. Entre los edificios renacentistas más bellos de la ciudad figuran el palacio de Assézat, que en la actualidad alberga la fundación Bemberg, un museo privado que guarda una colección de pinturas; el palacio de Bernuy, flanqueado por una torre octogonal; el palacio de Viejo-Raisin; el palacio de Clary o el palacio de Pierre.

La plaza del Capitolio es un lugar imprescindible situado en pleno corazón de la ciudad. Esta plaza tan animada está rodeada de bonitos edificios como el Capitolio, edificio del siglo XVI que alberga el Ayuntamiento y el Teatro. En la parte trasera de este prestigioso edificio de ocho columnas se encuentra un torreón del siglo XVI, la antigua torre de los Archivos, que en la actualidad es la sede de la oficina de turismo.

En lo que respecta a los monumentos religiosos destacados de la ciudad vieja, tenemos: la basílica de Saint-Sernin, con su campanario octogonal, una obra maestra del arte románico; el conjunto conventual de los Jacobinos, una joya del arte gótico languedociano, con su bella iglesia de ladrillo y su claustro.

Las atractivas orillas del Garona, entre las que destaca el paseo Henri Martin y el barrio de la Daurade, son lugares donde da gusto pasear y tumbarse al sol.