Olite

La silueta esbelta y armoniosa de su castillo-palacio domina Olite, pequeña ciudad situada en el centro geográfico de Navarra, a 42 kilómetros al sur de Pamplona.
Sede real durante la Edad Media, los gruesos muros y torres almenadas del palacio alojaron a reyes y princesas. Constituye el ejemplo más importante del gótico civil francés de Navarra y uno de los más notables de Europa.
Fue la residencia predilecta de Carlos III el Noble(1337-1425), monarca que deseaba tener un palacio fastuoso y que en él albergó animales exóticos como jirafas, leones o búfalos, además de realizar auténticos jardines colgantes tropicales en sus muros.
De entre todas sus torres, la Ochavada es la más caprichosa: al recorrer su estrecho mirador, tendrá la sensación de encontrarse en un castillo de hadas. En la zona más sombría encontrará una especie de huevo gigante, que no es otra cosa que el Pozo del Hielo, donde se guardaban capas de nieve para conservar los alimentos.
El conjunto urbano monumental de Olite es mucho más que su hermoso palacio. En tu paseo por la ciudad, verás cómo la piedra dibuja casonas solariegas, formidables blasones, murallas romanas, rúas atravesadas por arcos góticos e impresionantes iglesias como la de Santa María (XIII).