Cacela Velha

Cacela Velha es un pequeño pueblo de no más de cinco calles empedradas cuya estampa más característica son sus casas blancas de una sola planta con puertas, ventanas enmarcadas en tonos azules y coronadas por sus características chimeneas.

En torno a su plaza,  se encuentra la Iglesia Matriz (de origen medieval y remodelada en los siglos XVI-XVIII), una fortaleza (del siglo XVII reconstruida tras el terremoto de Lisboa en 1755) y una pequeña noria que estuvo activa hasta mediados del siglo pasado. Esta aldea, construida sobre el acantilado costero, presenta el mejor mirador posible de los inmensos arenales del Parque Natural de la Ría Formosa.