Albufeira

Albufeira se ha vendido al turismo masivo, en sus orígenes, podía ser un pueblo de pescadores con sus casas blancas y su iglesia en lo alto de la colina pero, a día de hoy, no deja de ser un pueblo con un centro de casas blancas e iglesias, vendido, abarrotado de turistas de sol y playa y que ha perdido todo el carácter de lo que podía ser el Algarve tradicional.

El centro histórico de Albufeira es pequeño, pero pintoresco. Tiene una plaza central donde se han acumulado muchos restaurantes y tiendas, además de alguna discoteca que desentona con sus neones desde el primer piso de alguno de sus edificios, y una calle comercial que concluye en una pequeña cueva que da acceso a la playa de la ciudad, pequeña y casi siempre saturada de bañistas, pero muy agradable.