Evora

Évora fue en un tiempo un importante centro religioso y de comercio, una histórica importancia que se refleja en la inmensa cantidad de lugares de interés turístico, todos ellos dentro de las antiguas murallas de la ciudad. Entre los más importantes cabe destacar el Templo Romano y una majestuosa catedral,

La Plaza del Giraldo, es el corazón de la ciudad y el punto de encuentro por excelencia, con cafés, terrazas, tiendas y la oficina de turismo. En uno de los extremos se encuentra la Iglesia de San Antonio y el chafariz de mármol con 8 caños, que representan las 8 calles que allí convergen.

Muy cerca, en Largo Conde Vila Flor, destaca el gran templo de origen romano, símbolo del culto imperial, que durante siglos se creyó que podía estar dedicado a la diosa Diana.

La Posada del convento conserva trazos de su arquitectura original, como los claustros del patio interior.

El Museo Nacional Fray Manuel del Cenáculo, popularmente conocido por Museo de Évora, ​ ocupa el antiguo palacio episcopal, al lado de la catedral de Évora, en pleno centro histórico de la ciudad.

Callejeando por la ciudad.

La fuente de la Puerta de Moura, está instalada en la plaza de la que toma el nombre, rodeada de palacetes y casas solariegas. Fue construida en 1556, en mármol rosa, tiene una esfera y dos cuadros rectangulares.

La Catedral protege la ciudad desde la parte más alta, su construcción fue iniciada en 1186 y consagrada en 1204. Completamente en granito, hace la transición del estilo romántico al estilo gótico, en el exterior el cimborrio es el elemento arquitectónico más espectacular.

Es un templo de cruz latina, con tres naves siendo la central de una mayor altura que las dos laterales, en la central además del púlpito hay un órgano de tubos del período renacentista.

El claustro de la catedral se construyó entre 1317 y 1340 en estilo gótico.

En el claustro hay estatuas de los Evangelistas en cada rincón y la capilla funeraria de su fundador, el Obispo Don Pedro. Recientemente, las sepulturas de los arzobispos de Évora fallecidos en el siglo XX también fueron colocadas en el claustro.

El piso superior del claustro, ofrece una gran vista de la catedral y del paisaje circundante.