Monasterio de Santas Creus

El Real Monasterio de Santa María de Santas Creus, es una  abadía  cisterciense  erigida a partir del siglo XII.

Fue en el siglo XIII cuando, Pedro III de Aragón que expresó su deseo de ser enterrado en el monasterio, se construyó el panteón real, hasta la decisión de Pedro el Ceremonioso en 1340 de instalar el panteón de la monarquía en el monasterio de Poblet.

De acuerdo con el esquema organizativo de la Orden del Císter, el núcleo principal lo forman las tres piezas básicas de la vida monástica: la iglesia, el claustro adosado a ella y la sala capitular; se completa el recinto con el refectorio, el locutorio, la sala de los monjes o scriptorium y, en una segunda planta, el dormitorio común.

El monasterio de Santas Creus sigue una construcción plenamente cisterciense con los tres recintos clásicos donde se encuentran localizados los diferentes espacios cerrados según sus aplicaciones arquitectónicas.

El primer recinto lo forma una serie de casas que constituyen lo que es propiamente la población de Santes Creus, colocadas formando una línea horizontal antes de entrar al segundo recinto, en el centro y sobresaliendo de todas estas edificaciones, se encuentra la pequeña capilla de Santa Lucía del año 1741. Junto a esta capilla se encuentra la puerta llamada de la Asunción o Arco Real. El estilo es barroco y destaca una gran torre octogonal en el centro de su parte superior, mientras que sobre la puerta se encuentra dentro de una hornacina una imagen de la Virgen de la Asunción y un escudo con las armas del monasterio, la fachada tanto exterior como interior está decorada con bellos esgrafiados. ​

Al entrar por el Arco Real se aprecia una gran plaza rectangular, en cuyo centro se encuentra una fuente sobre la que hay una estatua dedicada a san Bernardo Calbó, antiguo abad del monasterio. Alrededor de la plaza se encuentran las diversas dependencias monacales antiguas, donde habitaban los monjes más ancianos y los que trabajaban en diversos oficios; todas muestran en sus fachadas decoraciones con esgrafiados realizados durante el siglo XVIII. Entre estos edificios se encuentra el antiguo hospital del monasterio. La parte más resaltable es un pequeño patio con arcos apuntados y una galería con doble arcada. ​ El fondo de la plaza está ocupada por la fachada de la iglesia y la entrada de la Puerta Real, donde se aprecia el intento de amurallamiento decretado por el rey Pedro IV el Ceremonioso por las almenas que coronan toda la iglesia. ​

Al tercer recinto o el monasterio propiamente dicho, se entra por la denominada Puerta Real por la que se accede al claustro. Es una portada románica que bajo un arco ojival de descarga abre un arco de medio punto abocinado con arquivoltas baquetonadas lisas cuyas molduras se prolongan en vertical a modo de sutiles columnillas y elevado podio.