Córdoba

Córdoba, ciudad milenaria, posee un casco histórico, en donde se aglomeran gran parte de los edificios más emblemáticos. El más importante y símbolo de la ciudad, la mezquita de Córdoba y actual catedral que, junto al puente romano, forman la más conocida faceta de la ciudad.

Si venimos por el Sur nos encontramos con el Puente Romano, construido en el siglo I a.C. sobre el río Guadalquivir, también llamado “el Puente Viejo”, cuenta con 16 arcos y 330 metros de longitud.

La torre de la Calahorra es una fortaleza de origen islámico concebida como entrada y protección del Puente Romano, en su extremo sur.

En este mismo margen nos encontramos con el Molino de San Antonio, fue molino harinero y debe su nombre a una imagen de San Antonio que antaño se ubicaba en una hornacina existente en la fachada. Ha estado en funcionamiento hasta mediados del siglo XX, en que se usó el edificio para construir barcas para cruzar el Guadalquivir. Actualmente está concebido como sala de exposición.

La Puerta del Puente formaba parte de las murallas que cercaban la ciudad, conociéndose como Puerta de Algeciras, ya que era ruta sureña de entrada a Córdoba. Realizada en tres cuerpos, cierra los dos extremos con columnas estriadas, dejando en el centro el vano adintelado coronado con frontón curvo.

La Mezquita consta de dos zonas diferenciadas, el patio o sahn porticado, donde se levanta el alminar (bajo la torre renacentista), y la sala de oración o haram. El espacio interior se dispone sobre un concierto de columnas y arcadas bicolores de gran efecto cromático. Cinco son las zonas en las que se divide el recinto, correspondiendo cada una de ellas a las distintas ampliaciones llevadas a cabo.

El Alcázar de los Reyes Cristianos, fortaleza y palacio de sólidos muros, encierra en su interior gran parte de la evolución arquitectónica de la ciudad. Es una construcción casi rectangular con extensos muros de sillares pétreos y cuatro torres que perfilan los ángulos (la de Los Leones, la del Homenaje, la de La Inquisición y la de Las Palomas). Dentro, las distintas dependencias se articulan en torno a patios, las estancias y corredores se cierran con cúpulas góticas de piedra. Los extensos jardines que cierran el conjunto dan muestra de la monumentalidad y esplendor de este Alcázar cordobés.

El molino de la Albolafia, también conocido como rueda de la Albolafia, es un molino hidráulico que se encuentra en la orilla derecha, cerca del puente romano.

La plaza de la Corredera se utilizó como plaza de toros, conservando aún hoy una calleja llamada Toril. Hoy en día ofrece una amplia gama de cafés y bares de copas.

En un principio, la Plaza del Potro fue concebida como un espacio cuadrangular, totalmente cerrado, y no rectangular y abierto como lo es ahora. La primera gran reestructuración del espacio fue la creación del extinto Hospital de la Caridad de Ntro. Señor Jesucristo, que hoy alberga los Museos de Bellas Artes y Julio Romero de Torres. Años más tarde fue derribado el lateral que daba al río con el fin de facilitar la travesía a la ribera, allí se instaló el Triunfo de San Rafael

La fuente, auténtica protagonista de la plaza, data del reinado de Felipe II, de planta octogonal, presenta dos escalones hasta llegar al pilón, de aproximadamente un metro de altura. Una columna recortada en su fuste hace de basa de la taza, de la que parte una piña con cuatro cabecitas, que son los caños de donde sale expulsada el agua. Sobre ésta se halla el airoso potro rampante.

El Centro Flamenco Fosforito se encuentra, en la Posada del Potro, un edificio del siglo XVI. En la Edad Media, la Plaza del Potro fue el más importante núcleo comercial de la ciudad, allí se concentraban buena parte de los gremios artesanales de Córdoba. La posada nos presenta en su interior un patio irregular, casi rectangular, en torno al que se desarrollan todas las estancias en dos alturas, hoy salas del museo. El blanco de las paredes contrasta con la madera de las barandillas, puertas y ventanas, así como con el colorido de las numerosas macetas que lo adornan.

Una pequeña muestra de aldabas cordobesas.

La plaza Maimónides, acoge en una de sus esquinas, el actual Museo Taurino, debe su nombre a Moisés ben Maimón, más conocido como Maimónides, fue un judío sefardí que ejerció de médico, filósofo, astrónomo y rabino en al-Ándalus, Marruecos y Egipto.

La escultura dedicada al médico y filósofo andalusí Abu Al-Walid Muhammad Ibn Ahmad Ibn Rushd, conocido como Averroes, el monumento se compone de un pedestal sobre el que se dispone la imagen de Averroes, que aparece sentado y sosteniendo un libro sobre su rodilla.

El templo romano, fue descubierto en 1951 durante la ampliación del ayuntamiento. Es un templo pseudoperíptero, hexástilo y de orden corintio de 32 metros de largo por 16 de ancho.

El hammam o baño árabe es una tradición muy ligada a la historia y a la cultura árabe, que consiste en la purificación del cuerpo a través de baños, tareas de higiene y cuidados estéticos. En la época de mayor esplendor de la Córdoba califal, la ciudad llegó a albergar casi seiscientos baños árabes.

Callejeando por Córdoba.