Stª María de Eunate

La Iglesia de Santa María de Eunate, emplazada casi en medio de la nada, presenta una curiosa estructura octogonal, cuyo octavo lado es sustituido por un pequeño ábside, pentagonal al exterior y semicircular al interior, con similitudes con el arte cisterciense, aunque sin arcos apuntados.

Su interior es un espacio con influencias de la arquitectura musulmana, algo propio del sincretismo cultural de la ruta jacobea. Es sus muros de sillar se aprecian dos alturas. En cada ángulo se superponen dos columnas, una en el nivel inferior y otra en el superior.

La bóveda octogonal la sostienen ocho nervios cuadrangulares que confluyen en el centro y se ajustan a la manera mozárabe, sin clave común, provista de lucernarios. Los ángulos inscritos entre los nervios son todos diferentes, lo que demuestra que los ochos lados del templo son distintos.

El ábside, de forma semicircular y con recuerdos del arte cisterciense, se estructura en altura en dos pisos. El inferior presenta una sencilla arquería ciega, mientras que el superior corresponde a la zona de ventanas. Se cubre con bóveda de horno, soportada por gruesas nervaturas, de sección cuadrangular, que se unen en la clave del arco triunfal de acceso.

Rodea a la Iglesia una singular arquería a modo de claustro porticado, separada de los muros del templo por un espacio de unos cuatro metros. Sin embargo, del conjunto de la arquería únicamente los tres tramos orientados al norte corresponden a la época de la Iglesia. El resto se deben a una acertada reconstrucción posterior, acaso del siglo XVII o XVIII, que armoniza perfectamente con el estilo románico.

La columnata está compuesta por una serie de ocho arcadas de medio punto. En cinco de estos lados, los orientados hacia el Sur, el Este y el Oeste, los arcos apoyan en pilares de sección cuadrada, mientras que en los tres tramos restantes descansan sobre columnas pareadas. Pilares y columnas reposan en un pedestal o pódium corrido.