Las calles

La intrincada mezcla de calles en la ciudad no son una forma de caos. Por el contrario, representan una forma compleja y altamente desarrollada de orden.

El Paseo Independencia está repleto de fachadas y soportales arcados, un gran muestrario de los estilos constructivos de cada época, donde el neoclasicismo convive en armonía y complementariedad al lado del modernismo.

La Sociedad Catalana de Seguros Contra Incendios y Explosiones de Gas, construía en 1928, en el nº 1, este edificio de ocho plantas y sótano, rematado en cornisa con torreón en el ángulo. La fachada se ordena a partir de ejes de vanos adintelados y abalconados en plantas alzadas.

La Compañía de Seguros La Equitativa, construía este edificio, en el año 1950, en el nº 19. La fachada con cinco pilastras jónicas, que articulan el cuerpo central de ésta, separando los ejes de vanos, y rematado en un entablamento en cuyo friso se dispone el rótulo de la Compañía para la que se construyó. En su parte superior una gran escultura con figura de mujer, en posición sedente y con una balanza en las manos, campea sobre el edificio; es el símbolo de la citada Compañía de Seguros.

De 1928, en los números 23–25, fruto de la primera transformación de la arquitectura del paseo, tenemos este edificio perteneciente a la nueva imagen urbana. Está organizado por un grupo de cuatro alturas que destacan, voladas, sobre la baja y las superiores, retranqueadas. La composición es de franjas verticales de miradores y de ejes de vanos abalconados. En las esquinas muestra chaflanes curvos flanqueados por torreones que emergen en altura.

En el nº 27 del paseo nos encontramos este inmueble estrecho que se ubica entre las calles San Clemente y García Gil.

El nº 29 es un edificio de 1930 con una doble función: Sede del Heraldo de Aragón y edificio de viviendas. Tiene cinco plantas sobre los porches. En el nivel inferior se situaban las instalaciones del periódico y las viviendas ocupaban las superiores. Las fachadas tienen composición tripartita donde los porches son el basamento, las cuatro primeras plantas el cuerpo y el nivel superior, más ligero, el ático.El ángulo del inmueble se resuelve en un mirador sobresaliente y curvado que se remata con un torreoncillo cubierto por un alero muy volado. El arquitecto optó por el uso de la piedra y el enlucido suavemente bicromo.

Pegado al 29 tenemos el nº 31. La casa presenta fachada a tres calles y consta de ocho plantas y sótano. La planta baja y la entreplanta quedan bajo el porche del Paseo. Se enfatiza la primera planta usándose para los vanos de los miradores arcos carpaneles. En el ático se utilizan arcos de medio punto. Sobre el cuerpo de miradores del chaflán principal se alza un cuerpo poligonal a modo de torreón, con alero de amplísimo vuelo.

En los números 33 y 35 estaba el Teatro Pignatelli, derribado en 1915.

En el año 1926 se construye en el nº 33 la sede central de Correos y Telégrafos, edificio historicista de estilo neomudéjar, en el que destaca su fachada por sus elementos mudéjares y la integración con otros elementos barrocos y renacentistas. La amalgama de estilos  dan como resultado este edificio de gran impacto visual.

También en el año 1926 en el º 35 se construye el edificio de Telefónica de estilo vanguardista Se trata del primer edificio de Zaragoza que adopta este estilo de la vanguardia europea inspirada por los alemanes de la Bauhaus y el francés Le Corbusier. La composición de su fachada, trasluce su estructura metálica. Edificado sobre el preceptivo porche del Paseo y entre medianerías, se trata de una construcción de líneas puras con el mínimo esfuerzo ornamental. En 1965, al objeto de ganar espacio, este edificio fue reformado en su remate, acrecentando los laterales hasta equipararlos en altura al cuerpo central.

El Coso es una de las calles más antiguas y populares. Tiene más de 2.000 años de historia, y su trazado se corresponde con el antiguo ‘Cursus’, recorrido que rodeaba la muralla en época romana y del cual deriva su nombre.

En 1910, el “Centro Mercantil, Industrial y Agrícola”, adquirió el Palacio de los Azara, (Coso 29) con la idea de rehabilitar completamente el gran caserón renacentista para ser el punto de encuentro de la burguesía industrial y comercial más activa de Zaragoza, la que había protagonizado el éxito de la Exposición Hispano-Francesa.

La fachada del Centro Mercantil conserva la impronta del Modernismo constructivo. La decoración naturalista es abundante, capiteles de corona floral en la planta baja. La planta calle se abre en amplios ventanales y acoge el acceso al interior en uno de sus lados. Las tres plantas superiores ofrecen una estructura tripartita, con miradores de trazo lineal en los laterales y un cuerpo central abierto en generosos balcones. En el remate destaca el torreón y la chimenea que, situados en el lado izquierdo de la fachada, remarcaban la idea asimétrica marcada por la puerta de acceso.

El “Banco de Aragón” se fundó en 1910 en Épila, con base en la banca familiar de Villarroya y Castellano y en la fuerte capitalización de la economía aragonesa derivada del cultivo masivo de la remolacha azucarera en la región.

En 1913, se adquirió y derribó el palacio del marqués de Campo Franco, sito en el 42 del Coso, para su sede en Zaragoza. El resultado fue un edificio representativo, de inspiración historicista francesa, donde la fachada es todo un repertorio de elementos formales: columnas de diversos órdenes, atlantes, frontones, ventanas inglesas, cornisas, mansardas.

En 1943, los gestores del “Banco de Aragón” decidieron dotar a la entidad de una nueva sede en un amplio solar, junto a la ya existente, en los números 36-40 de la calle del Coso con esquina a la de teniente coronel Valenzuela, un edificio grandioso (gracias al torreón de la esquina), austero, granítico y compuesto por elementos históricos que van desde el pórtico jónico, de gran sobriedad clásica, hasta el templete barroquizante que remata la torre del reloj.

El edificio La Adriática, situado en el nº 34 del Coso zaragozano fue proyectado en 1948 para la Compañía Adriática de Seguros, supera los 40 metros de altura total, considerándose el primer «rascacielos» de la ciudad. Se desarrolla en trece plantas y sótano en un programa triple de locales comerciales, oficinas y viviendas. Las plantas baja y entreplanta se destinan a locales comerciales, las seis plantas siguientes a oficinas y las cuatro superiores junto con el ático, a viviendas.

El triple funcionalismo del edificio se refleja en los alzados mediante una composición estructurada en tres cuerpos. La transición de uno a otro se resuelve mediante plantas intermedias cuya horizontalidad equilibra la verticalidad de los órdenes clásicos gigantes que articulan la composición. El cuerpo superior que contiene las viviendas se retranquea respecto a la medianería formando un volumen exento rematado por un torreón situado en el eje de simetría de la fachada principal hacia la plaza. Esta fachada se acentúa respecto al resto del edificio y en su eje de simetría los cuerpos central y superior rematan el vano central con un arco de medio punto. La continuidad de la composición de las tres fachadas se enfatiza con la solución curva de las esquinas. En el cuerpo superior las esquinas se retranquean acentuando la esbeltez del conjunto.

La Iglesia de la Mantería es un pequeño templo barroco del siglo XVII, su interior es conocido como la Capilla Sixtina de Zaragoza. Situado junto al Coso, conocida también como la Iglesia de Santo Tomás de Villanueva, es todo lo que queda del que fue el Convento del mismo nombre. Lo más destacable de este templo está en las pinturas de sus cúpulas y muros. Fueron obra de Claudio Coello, uno de los mejores pintores del barroco español, en 1685.

El palacio de los Condes de Morata o de los Luna, renacentista de mediados del siglo XVI, fue concebido como residencia de los condes. Presenta un gran alero labrado y la galería superior con arcos de medio punto. Llama la atención el pórtico obra de Guillaume Grimbez, custodiado por dos grandes esculturas, conocidas como los gigantes. Actualmente es la sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

La Avenida César Augusto inmortaliza al emperador romano César Augusto, quien ordenó la construcción de la ciudad en el año 24 A. C. Surgida cuando la ciudad se encontraba rodeada de una muralla protectora, transcurría desde la Puerta de Toledo, en su entrada norte junto al Torreón de La Zuda, hasta la Puerta del Carmen, junto al paseo de Pamplona. Se convirtió en un importante eje comercial en las postrimerías del siglo XIX y primeras décadas del XX, donde el Barroco confluye en armonía con el Modernismo y el Art Déco. Alberga hasta 46 edificaciones catalogadas como monumentos.

La iglesia junto con algunos restos del antiguo colegio son los únicos vestigios de la fundación original de los Escolapios, establecidos en Zaragoza desde 1733. Su fachada de ladrillo está dividida en tres cuerpos horizontales y tres calles verticales, flanqueada por dos torres que se adelantan a la fachada. A los lados la puerta, en arco mixtilíneo, se encuentran dentro de hornacinas las esculturas de Santo Tomás de Villanueva y de San Agustín, en un estilo Rococó. En el segundo cuerpo, sobre la puerta, se sitúa Santo Tomás de Aquino, representado como doctor angélico, a quien está dedicada la iglesia.

La iglesia de Santiago El Mayor, de estilo barroco, es lo único que queda del convento de San Ildefonso, ubicado en la Avenida de César Augusto. El resultado de sucesivas reconstrucciones es un edificio enorme de fachada flanqueada por dos torres, más bien bajas, que fueron recrecidas en la década de 1970. Desde el exterior se ve la cúpula, que se sitúa en el crucero; la actual de 1860, sustituyó a la original que fue destruida por un rayo.

Seguimos con la Av. de César Augusto.

Las Plazas Aragón y Paraíso son dos plazas unidas y situadas en el centro neurálgico de la ciudad, constituyen uno de los principales nudos de unión de las calles y avenidas más importantes. Desde este punto, salen el Paseo de la Independencia, Paseo de la Constitución, Paseo Sagasta, Gran Vía y el Paseo Pamplona, además, en esta zona se concentran edificios y monumentos históricos de la ciudad.

Monumento al Justiciazgo: monumento que rinde homenaje al Justicia de Aragón, una emblemática figura histórica de la comunidad.

Capitanía General Militar: Data del siglo XIX y es una de las construcciones neoclasicistas más destacadas.

En el arranque del paseo de Pamplona, vemos un edificio singular y casi emblemático de su época (1955). Este inmueble de programa mixto, verticalmente se estructura con la habitual disposición tripartita en basamento, de doble altura, cuerpo y ático, al que añade un nivel a modo de torreón generosamente acristalado.

También en el paseo Pamplona en la acera de enfrente tenemos este inmueble.

Antigua Facultad de Medicina y Paraninfo Universitario: bella construcción de finales del siglo XIX, de estilo neoclasicista con elementos que recuerdan a los palacios renacentistas aragoneses que inundaron el centro de Zaragoza.

Edificio de Gran Vía 1-3: sobre los terrenos que ocupó el antiguo velódromo se levantó este edificio de viviendas burguesas en 1946 de corte ecléctico monumentalista con un predominio de elementos clasicistas, destacando el grupo escultórico que corona el edificio, el denominado “Monumento al ahorro” y que fue realizado en bronce.

Sede Ibercaja: destaca por ser el edificio más moderno de la plaza, inaugurado en 1980. Su interior aloja el Patio de la Infanta, el mejor patio renacentista aragonés que se conserva del siglo XVI, rescatado de la Casa Zaporta que fue derruida por las llamas a finales del siglo XIX.

La Gran Vía, comienza en la plaza de Basilio Paraíso y culmina en la avenida Goya. Zaragoza, en el proyecto de Ensanche de 1906 se planteó el trazado de una gran avenida que fuera eje principal de vertebración del ensanche, superando el obstáculo del río Huerva mediante su cubrición parcial. En 1925 se inicia el cubrimiento y comienza a tomar forma una de las arterias de la ciudad que concluyó con un bulevar de cuarenta metros de anchura y casi un kilómetro y medio de longitud, vertebrando los ensanches del sur de la ciudad.

Gran Vía 22 de 1929. Se trata de un edificio de siete alturas a las que se añaden dos torreones esquineros como remate. La fachada se articula en tres zonas en altura separadas por balcones corridos volados. La inferior, de dos alturas, en la que destaca el uso de arcos de medio punto en los balcones. La intermedia, con tres alturas, con un triple vano en el centro y miradores laterales. Y la superior en la que llama la atención el último piso planteado como una galería de arcos de medio punto abiertos en balcón de planta semicircular. A ambos lados miradores abiertos guarnecidos con una cubierta apoyada sobre columnas anilladas y de orden jónico. Los torreones son de una altura y se abren mediante vanos geminados con arco de medio punto. Un rafe muy volado culmina toda la composición.

Gran Vía 32.

Gran Vía 34.

Gran Vía 38 de 1955. Este edificio tiene dos peculiaridades relevantes: Ocupa una manzana completa y la forma del solar es triangular, lo que da lugar a un chaflán de fuerte perspectiva urbana. Adquiere una presencia singular, sobre todo cuando se observa en dirección hacia la plaza de Paraíso.

Aporta un nuevo planteamiento constructivo basado en el denominado Estilo Internacional. La importancia concedida a la distribución interior y su inmediato reflejo en las fachadas, el uso del color, la variedad de materiales, la ligereza visual y la articulación de los volúmenes, tanto en el desarrollo horizontal como en altura, se reflejan en su diseño.

Gran Vía 40.

Gran Vía 41.

Gran Vía 44.

Gran Vía 52.

En una isleta central de la Avd. de Goya esquina de Gran Vía nos encontramos con una moderna estación de dos plantas. La planta calle o ‘hall’ con una magnífica iluminación natural gracias a los ventanales que ocupan gran parte de la fachada alberga la zona de servicios. En el piso soterrado se encuentran los andenes, a través de los cuales se podrá acceder a los trenes de cercanías. Se trata de la estación de cercanías de Goya.

La Calle San Vicente de Paúl limita el centro con el barrio de la Magdalena. Cuando el ayuntamiento abrió esta nueva calle exigió que los edificios tuviesen una estética historicista.

San Vicente de Paúl 31 de 1947. Los precedentes del colegio San Vicente de Paúl se remontan a la segunda mitad del siglo XIX. El chaflán acoge la puerta de acceso, sobre ella hay un balcón de tres vanos adintelados enmarcados con columnas de orden toscano, entablamento y pináculos de remate. Encima hay un frontón curvo con el emblema de la orden y encima un nicho con una figura de la Virgen María. El ático presenta una galería de arcos de medio punto separados por entrepaños decorados y lunetas pintadas con escenas de tema mariano.

Enfrente del colegio tenemos una casa con entrada por Juan de Aragón 21, de 1946 con referencias a la arquitectura mudéjar.

Una alternativa para ir de la Plaza del Pilar a la Plaza España es por la Calle Don Jaime I,una de las vías más antiguas de la ciudad, siendo en la época de Caesaraugusta”  una de las dos calles más importantes el “Cardus Maximus”. Está dedicada al rey Jaime I el Conquistador, uno de los reyes de la Corona de Aragón. El aspecto que tiene es fruto de la última gran reforma realizada a mediados del siglo XIX . Actualmente tiene dos plazas peatonales.

La plaza José Sinués es una pequeña plaza peatonal con terrazas, desde donde poder observar la parte trasera del Teatro Principal.

Los orígenes de la iglesia de San Gil Abad se remontan a una iglesia románica del siglo IV y ampliada en el siglo XIV. Lo más destacable de su exterior es su portada barroca del siglo XVII y sobre todo su torre mudéjar.

En el 17 tenemos la casa Chóliz. En 1959 Joaquín Rived reforma la portada de la perfumería cerrando sus huecos con vitrinas y puertas de luna de vidrio con zócalos de madera estriada. Completa la reforma de la fachada exterior con revestimientos en mármol y el logotipo de la marca familiar.

La calle Alfonso I tiene sus orígenes a finales del siglo XIX. Es la antesala de la Plaza del Pilar desde el Coso. A medida que vas llegando a la plaza te vas dando cuenta de la magnitud de la Basílica. Fue la calle comercial por antonomasia de la ciudad, actualmente peatonal y más dedicada al ocio.

La puerta 2 de la calle pertenece a casa Molins.

Casa Escudero en el número 10.

Casa Martín Liria en el número 12.

Alfonso I, 25. Casa Baselga: su local comercial es uno de los más antiguos de la calle y de la ciudad. Fue la antigua Joyería Aladrén, abierta en 1885, siguiendo la estética de la calle. Siendo toda una apuesta por el lujo con el que se forjó la fama de la calle.

Casa López en el 27 de 1877.

Casa Ducay en el 39 de 1869.

Casa Guimerá en el 43 de 1879.