Beja

Beja, localidad principal del Baixo Alentejo, es una ciudad tranquila y muy acogedora. A pesar de tener un bonito centro amurallado, con castillo y la torre del homenaje más alta de la península, no cuenta con muchos turistas.

La cerca amurallada que rodeaba a la ciudad disponía de 40 torres y 7 puertas de acceso, hoy en día podemos admirar algunos tramos de muralla, torres y puertas.

La puerta de Avis fue demolida en 1893, para utilizar sus bloques de granito en el Mercado de Santa María, en 1939 fueron rescatados y se pudo reconstruir la puerta.

El castillo de Beja, presenta planta pentagonal irregular con una barbacana que lo envuelve parcialmente, esta rematada por merlones paralelepípedos y saeteras y recorridas por adarves. Las murallas del castillo están reforzadas por cubos y torres. En el interior se accede a la Casa del Gobernador y a la Torre del Homenaje.

La Torre del Homenaje más alta de toda la península es la del Castillo de Beja, en el interior, sus tres pisos están conectados por una escalera helicoidal de 183 escalones. Los pisos primero y segundo están cubiertos por bóvedas, destacando la del segundo con una bóveda poli nervada de estrella de ocho puntas.

La Catedral, se trata de un templo de estilo manierista que fue construido en 1590, cuenta con una rica decoración interior, en la que sobresalen el retablo de la capilla mayor, los retablos policromados de las capillas laterales y el conjunto de paneles de azulejos azules y blancos del siglo XVIII.

En un extremo de la Plaza de la República de la ciudad de Beja, se encuentra la gran sala columnar abierta de la Iglesia de la Misericordia, construida en el siglo XVI como lugar para alojar a los carniceros del mercado municipal.

Paseando nos encontramos con el cine teatro Pax -Julia (nombre romano de Beja) y el museo Jorge Vieira.

La iglesia de Santa María, conserva la estructura gótica del ábside y se conecta con la torre del reloj.

El antiguo Convento de la Concepción, es un museo desde 1791, siendo el más antiguo de Portugal. También conocido como el Museo Regional de Beja,  que la arquitectura y el mobiliario hablen, es una atracción, al igual que contemplar florituras como la balaustrada que cubre la iglesia y el claustro, los frescos en los techos y paredes, y la multitud de azulejos, algunos de los cuales se remontan a la construcción del convento en el 1400.

Paseando por sus calles.