Cada primer viernes de Mayo, Jaca se engalana para conmemorar la victoria de las huestes del Conde Aznar Galíndez sobre el moro invasor.
La ciudad revive la batalla y cientos de ciudadanos se visten con trajes de la época para participar en un desfile multitudinario. Es una fiesta en que conviven realidad y leyenda sin saber bien a qué ceñirse en cada episodio.
«En el fragor de la batalla y cuando ya los cristianos comenzaban a verse sobrepasados por el superior ejército musulmán, las valientes jacetanas salieron a defender también su ciudad, con aquellas armas de que pudieron disponer»