La localidad de Écija es popularmente conocida como la «Sartén de Andalucía» por los tórridos veranos y también como la «Ciudad de las Torres» por las numerosas torres, 11 torres de estilos barroco y neoclásico salpican su horizonte. En primer término, la de San Juan Bautista.






La Plaza de España, conocida popularmente como «El Salón», es una amplia plaza rectangular, punto de encuentro y celebración para los ecijanos. Rodeada de edificios históricos como el Ayuntamiento, la espadaña franciscana, con su profusa decoración de azulejos, el estanque romano y otros edificios con solera y elegancia.












De la iglesia de San Francisco destaca la espadaña construida a mediados del siglo XVIII, consta de dos cuerpos, el inferior con dos arcadas de medio punto flanqueados por pilastras, y rematado por un frontón partido de cuyo centro emerge el segundo cuerpo de una sola arcada coronada por frontón triangular. Todo el conjunto está decorado con azulejos.


La Plaza de Santa María es de reducidas dimensiones y prácticamente abierta hacia la Plaza de España. Se encuentra presidida por un singular monumento denominado Triunfo de la Virgen del Valle, una columna de piedra, de líneas barrocas en cuya parte superior se levanta la Virgen, patrona de la ciudad.





Arquitectónicamente la plaza queda enfatizada por la portada que presenta a ella la iglesia de Santa María, que protege la puerta de caoba y clavos de bronce dando paso a un “cancel” entre mudéjar y barroco, cilíndrico y cubierto con un cuarto de esfera de lacería, de los últimos años del siglo XVIII, que da acceso al interior del templo y por su esbelta torre, una de las más elegantes de cuantas integran el amplio conjunto de torres de iglesias con que cuenta esta localidad.






La torre adosada a la gran portada, cuyo diseño recuerda a la Giralda de Sevilla, posee un esbelto cuerpo de ladrillos con vanos decorados. El cuerpo de campanas es de ordenación clásica. Se observa una profusa ornamentación de azulejería del siglo XVIII. Entre las campanas figura una del siglo XV, que tiene el interés de reproducir el Pendón de Écija.


El interior de la iglesias y patios.







Desde el callejón.


La iglesia de San Juan Bautista, destaca por su torre. Su cuerpo basto, contrasta con la explosión decorativa del campanario y de los cuerpos superiores, creando una obra típica del barroco dieciochesco. El primer cuerpo se denomina de campanas, el segundo cuerpo se enmarca por una potente balaustrada pétrea con remates decorativos y el tercer cuerpo, circular, de cuatro vanos ciegos, se remata por el cupulín que sirve de base a un ángel portador del estandarte de la Orden de Malta, que hace las veces de veleta.







El Palacio de los Garcilaso fue construido en el siglo XVI. La simbología de la portada está relacionada con el Convento de los Dominicos, reflejando la estrecha conexión entre las casas señoriales y las instituciones religiosas de la época. El escudo en la portada, con caballeros y leones rampantes, data de finales del siglo XVI, testificando el linaje y la herencia de los Garcilaso.



La Casa Señorial Lasso de la Vega presenta una elegante portada barroca datada en 1715, esculpida en piedra con una ornamentación de ánforas y flores. El diseño se remata con un frontón que enmarca el escudo heráldico de la familia.




La plaza Colon tiene una fuente de ladrillos, con amplio pilón para que abrevaran los caballos. En ella destaca la torre albarrana, perteneciente a la muralla musulmana, con casi 10 m. De anchura, maciza en su parte inferior y a partir del espigón que la une a la muralla, tiene una cámara de planta ochavada precedida de vestíbulo. Se encontraba adosada al exterior de las murallas.


La iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen, fue un antiguo convento perteneciente al orden de las Carmelitas. La torre se encuentra junto a la portada de la iglesia. Consta de seis cuerpos, en los cuatro inferiores, de planta cuadrada, se repite el mismo esquema, los dos superiores, uno octogonal y otro circular se ornamentan con arcos de medio punto. En el tercer cuerpo aparecen dobles hornacinas que albergan esculturas de mármol de santos de la Orden Carmelita.


El Palacio de los marqueses de Peñaflor, construido a comienzos del siglo XVIII por el IV marqués de Peñaflor, es conocido como el palacio de los balcones largos, su llamativa fachada curva, (de más de 60 m de longitud) que se ajusta al trazado de la calle, está pintada con trampantojos de elementos arquitectónicos, falsos ventanales y figuras decorando los balcones corridos.

Estos a su vez enmarcan una impresionante portada barroca labrada en piedra flanqueada por columnas dóricas y coronada por el escudo de la casa.








En su interior alberga una soberbia escalera con ocho columnas toscanas y bóveda de media naranja ricamente decorada con yeserías. En su testero principal se halla una pintura de la Virgen del Rosario.












En el primer piso de puede ver el despacho del marquesado.


El palacio tiene varios patios. Destaca el principal, de doble arquería sostenida por columnas mármol y rematadas por capiteles, y paramentos de la galería decorados por zócalos con rica policromía.


Hay que reseñar también las antiguas caballerizas que posee una interesante portada de estilo dórico y en su interior alberga tres naves con bóveda de arista sobre robustas columnas.




Dentro del palacio.


El palacio de los condes de Valhermoso fue mandado construir por los marqueses de Fuentes y Villaseca en el siglo XVI según los cánones artísticos renacentistas del momento, pudiendo datarse en torno a 1530.
Su portada de acceso, un arco de medio punto aloja a la puerta, en el segundo cuerpo un balcón flanqueado con dos esculturas alegóricas y rematado por un frontón triangular labrado, el nivel superior se resuelve en galería abierta de arcos de medio punto sobre columnas.





La Casa del Gremio de la Seda fue construida en el siglo XVIII para albergar a la corporación de profesionales dedicados a la manufactura de la seda. La relevancia de este gremio se refleja en la riqueza arquitectónica y decorativa del inmueble, destacando los motivos florales y vegetales pintados en la fachada.



El Palacio de Benamejí es un modelo del barroco civil en Andalucía. Construido en la primera mitad del s. XVIII, se trata de un edificio de dos plantas, con portada monumental y dos torres-miradores en la fachada.





La iglesia de Santa Cruz fue proyectada con planta de salón de tres naves y cinco tramos. El 21 de diciembre de 1836 se habilitó parte del ambicioso proyecto, y se abrieron al culto tres de los cinco tramos realizados, al costado norte, existe un solar con varias arcadas y columnas, parte de la obra frustrada. También se sitúa allí mismo la torre. El último cuerpo de la torre, circular y flanqueado por lucernarios, esta rematado por un cupulín sobre el que se asienta una figura angelical que hace las veces de veleta.





