La actual iglesia de San Vicente fue reconstruida en 1550 dentro de un estilo renacentista. De este modo, la nueva iglesia tiene un aspecto macizo y defensivo, a destacar las aberturas con orificio para cañones en la punta de los contrafuertes.
El campanario tiene una altura de 45m y en su fachada presenta un cuadrante solar con la inscripción siguiente en latín: “Vulnerant omnes, ultima necat” que puede traducirse como “todas las horas hieren, la última mata”. El interior de la iglesia es el típico de las iglesias del País Vasco con sus tres pisos de galerías a los que por tradición sólo los hombres podían acceder.