La iglesia de San Miguel es un caserón carente de estilo definido. Su importancia radica en la portada que permanece en el muro norte del templo y es réplica de la existente en Eunate. Su buen estado de conservación de esta permite intuir relieves perdidos en Eunate como la silueta de las dos mujeres en cuclillas.
El juego de espejos entre las dos puertas se ha venido considerando en términos de obra original y de copia sin el menor interés por las relaciones que mantienen entre ellas. Eunate y Olcoz no pueden entenderse el uno sin el otro y conforman un diseño conjunto.
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